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En el diminuto pueblo de Mallard -tan pequeño que no sale en los mapas- en Luisiana, generación tras generación, sus habitantes han intentado aclarar el tono de su piel para erradicar la raza negra de su seno. Ejemplo de ello son las gemelas Vignes, Desiree y Stella, las más jóvenes de la familia y el orgullo de su madre. La repentina desaparición de las niñas el 14 de agosto de 1954 dejó muchas incógnitas y ahora, catorce años después, que Desiree ha regresado a Mallard con una hija “más negra” de lo que los habitantes del pueblo parecen tolerar, las heridas vuelven a abrirse. ¿Qué fue de las hermanas? ¿Qué ha sido de Stella? ¿De qué parecen huir Desiree y su hija? “La mitad evanescente” nos llevará a través del tiempo, entre los años cincuenta a los ochenta de la mano de las gemelas y también de Jude, la hija de Desiree, para ir desvelando las incógnitas que las rodean e intentar comprender las decisiones que las llevaron por distintos caminos. A través de nuestras protagonistas femeninas, la autora nos presenta un retrato de la raza, del género, de las clases sociales pero, sobre todo, de la identidad: la gestación de dos identidades diferentes en las formas y la manera de relacionarse con personas de la misma raza u otras razas. "La mitad evanescente" es un canto a aceptar al diferente, a no comulgar con el discurso único, a reivindicar los derechos de todas las personas. Y a pesar de todos los elementos de raza o de clase, no es una novela política o, como la propia autora dice, “toda novela es política pero lo importante son los personajes y el ambiente, mis motivaciones no son políticas sino emocionales. La ficción plantea preguntas, no da respuestas, explora ideas más que encontrar soluciones”. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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