En tren con el asesino

Alexandra Benedict, la autora, nos trae un retelling de la conocida novela de Agatha Christie, Asesinato en el Orient Express, donde indaga en las características psicológicas de los personajes, los cuales son una representación de los distintos tipos de personas que existen. Además, también reflexiona sobre las relaciones y comportamientos sociales.
Como ya he comentado, al ser una nueva versión de Asesinato en el Orient Express, el argumento es fácilmente imaginable. Aun así, diré que se investiga la muerte de algunos pasajeros del tren a manos de otro de los pasajeros. Y mientras, tendremos la oportunidad de conocer las vidas y problemas de los 18 protagonistas, que son o pueden ser los de cualquier persona real.
En primer lugar, observaremos, como lectores, la presión que puede llegar a ejercer ser una influencer de éxito en las redes sociales, donde tiene que aparecer y parecer siempre perfecto/a, guapa/o, feliz y con vitalidad, aunque se tenga un mal día o muchos problemas. En este sentido, critica la hipocresía y la falsa realidad que se vende en estos medios de comunicación, con el consecuente daño psicológico para quien se gana la vida con ello, así como para sus seguidores. al igual que provoca una expectación poco saludable para los niños y adolescentes que los imitan. Además, y para incrementar esta vida irreal, hace que la primera víctima sea una influencer, que además sufre de violencia machista, con lo que ello conlleva de falta de autoestima y dependencia enfermiza hacia su pareja y maltratador.
No obstante, el principal tema que trata la obra, según mi punto de vista, es la manera en que nos comportamos con relación con la familia, con quienes en muchas ocasiones nos sentimos como si no hubiéramos dado todo por ellos. Es decir, sentimos y/o creemos que les fallamos, y por eso nos decepcionamos. Y pensamos que los hemos decepcionado, entrando en un círculo vicioso que nos hace caer en terribles problemas relacionados con la salud mental.
Aparte de esto, y quizás también unido con nuestras experiencias vitales, la autora centra los miedos de Roz, la policía protagonista, respecto a su relación materna filial en una agresión sexual que sufrió estando embarazada. Junto a ella, también otras protagonistas hablan de lo que significa ser violadas y lo que marca psicológicamente. Con todo esto, la novela consigue que los lectores empaticen más con las personas que han sufrido estas agresiones.
Con todo esto, la novela cumple dos grandes objetivos; por un lado, entretener y por otro, visibilizar una de las grandes lacras de la sociedad actual, así como intentar aportar más fuerza a todas aquellas personas que han sido víctimas, o conocen a víctimas, de delitos de esta índole. Igualmente sensibiliza sobre la fragilidad de los jóvenes, especialmente, ante determinados temas, sobre todo relacionados con el mundo virtual.