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Rachel Waring es una oficinista de cuarenta y siete años de edad que vive con una compañera de piso llamada Sylvia. Después de once años en la empresa, aburrida de la rutina, hereda una casa por sorpresa de una tía lejana en Bristol. Decidida a dar un nuevo giro a su vida mudándose a esta casa y realiza las oportunas reformas. Allí conocerá personajes que enriquecerán su solitaria vida. El lector observará que el optimismo y alegría de Rachel han aumentado desde su marcha de Londres. No obstante, ciertas pinceladas y matices en sus actuaciones van desgranando que algo va mal en la conducta de la protagonista. Uno de los aciertos de la novela es el recurso de narrar la historia con la única voz, en primera persona de Rachel. Los lectores asistimos al cambio y evolución de la protagonista del que ella no es consciente. En apariencia, en su nuevo hogar en Bristol es feliz, incluso empieza a sentir sensaciones y sentimientos que no acostumbra a tener hacia otros seres humanos. Esto la sorprende, pero también la trastoca. Somos testigos así del derrumbamiento progresivo de su cordura. La locura hace acto de presencia de forma paulatina, no estalla de repente, se va filtrando poco a poco. El autor introduce hechos que pueden parecer nimios, pero, en realidad, no lo son ya que conforman parte del trastorno incipiente de Rachel que explican lo que está sucediendo en su mente. Esta novela está considerada por los críticos como una de las más importantes de la literatura inglesa del último cuarto de siglo XX y ciertamente su consideración está justificada. Se trata de un libro que bajo las apariencias de contarnos una biografía de una mujer soltera que anhela el amor y lo afronta con humor y optimismo reside una lucha contra la soledad, de un sufrimiento encubierto, de los miedos. También nos habla de lo peligroso de ser extremista y la fragilidad mental a la que todos estamos expuestos si no equilibramos bien nuestras relaciones interpersonales. Recomendada Enlace: https://librosderuby.wordpre.. |
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