El castillo del príncipe Remolino

¡Lo que nos ha encantado este libro! Hemos disfrutado con él toda la familia. Nos hemos divertido muchísimo y digo desde ya, que es un libro ideal para matar el aburrimiento.
A primera vista puede parecer un simple libro de búsqueda de objetos, pero no, es muchísimo más.

Para comenzar, me ha sorprendido el formato del libro, que me ha fascinado ya que es un libro grande y robusto que aguanta casi todo. Es de cartón plastificado mate y troquelado que hace que no se ensucie y aguante hasta las garras mas pequeñas, además, su tamaño está fenomenal, pues es de 25,8x37 cm.

En el libro se nos presenta lo que hay que hacer de forma divertida y rimada, muy acorde con la colección de estos libros, ya que es como si nosotros fuéramos la corte del castillo y nos la estuviera cantando un juglar invitándonos así a divertirnos.
Nos cuenta que todo el castillo está desordenado, pero que necesitamos encontrar varios objetos.
Me gusta que la búsqueda esté por niveles de dificultad y podemos ver las diferentes estancias del castillo: el salón, la habitación, la biblioteca, el comedor.
Me agrada mucho que nos presente a los personajes que viven en el castillo, así como también a sus mascotas que también son parte de la familia.

En cuanto a nivel educativo, este juego de búsqueda de objetos es muy bueno para estimular las capacidades sensoriales de los peques y, además, engloba varias competencias: Reconocimiento de objetos, concepto de los abstracto frente lo concreto, desarrollo del lenguaje y estimula la curiosidad sobre dichos objetos.
Me gustan porque este tipo de actividad es una magnífica herramienta de aprendizaje ya que aumenta las capacidades intelectuales, pues son un desafío para la mente, además de entrenar la paciencia y la observación.
Asimismo, el hecho de que jueguen bastantes veces, hace que se vayan acordando de dónde está cada objeto, por lo que también ayuda a desarrollar la memoria.
Es un desafío que se les presenta a los niños, un reto que han de resolver, haciendo que adquieran la capacidad de resolver problemas planteados inconscientemente.

Este libro también me encanta porque nos divertimos por igual los mayores que los pequeños y me encanta porque puede participar toda la familia.

Además, se le puede sacar aún más partido creando historias paralelas sobre los personajes y lo que hacen, y complicarlo aún más cronometrando la búsqueda o poniendo un reloj de arena.

En cuanto a las ilustraciones muy divertidas, coloridas y acertadas, llenas de detalles que hacen una delicia la búsqueda de los objetos
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