Íñigo es un montero que un día cazando con su amo, Fernando, aciertan a un ciervo el cual herido trata de escapar. En su huida se dirige hacia un lugar conocido como la fuente de los Álamos donde, según se dice, habita un espíritu del mal Fernando pretende seguirlo una vez que se había adentrado en tal lugar. Íñigo le advierte del peligro y de que la presa está perdida pero Fernando, orgulloso, se adentra para recuperar esa pieza a pesar de los avisos de su montero. Un breve relato a modo de leyenda, en la que el autor deleita con su prosa para narrarnos un enamoramiento irracional, perturbador, casi hechicero, los culpables unos "ojos verdes" |