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Bécquer es inolvidable y mágico. Leer sus rimas y leyendas es meterte en el mundo de la imaginación del autor. Uno de los más sensibles y melancólicos que he tenido la suerte de disfrutar. Sin olvidar la importancia e influencia que tuvo su obra en los autores modernistas, pues Bécquer introdujo la reflexión meta poética en la poesía, es decir, preguntarse qué es la poesía dentro de sus poemas ¨¿Qué es poesía? Poesía eres tú¨ .Algo que después imitarían Machado, Unamuno, Juan Ramón Jiménez… La incapacidad del lenguaje y lo limitado de este por hacer efable lo inefable lo atormentaba. No hay palabras para describir el sonido del viento, la lluvia, o un amanecer, y esto lo refleja de forma magistral en la Introducción sinfónica. ¨Los extravagantes hijos de mi fantasía duermen por los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, esperando en silencio que el arte los vista de palabra, para poderse presentar decentes en la escena del mundo¨. Un alma demasiado sensible para este mundo de tinieblas. Imposible no amar a nuestro Gustavo. Toas sus metáforas, sinestesias, la musicalidad del verso lo convierten en el más grande de nuestro Romanticismo.
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