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Las novelas de Agatha Raisin son novelas que entretienen, que te hacen pasar momentos divertidos a pesar de que haya algún que otro cadáver de por medio y alguna que otra crítica social entre sus líneas. En esta novela, me da la sensación de que el personaje de Agatha Raisin se ve opacada por James Lacey que es quien toma las riendas de las investigaciones, de los planes para sacar información a los sospechosos y demás, ya que, Agatha parece que se centra más en su “amor” por el coronel y disfrutar de ese matrimonio ficticio al lado de él que de otra cosa. Además, todo lo que concierne al crimen se resuelve demasiado rápido, sin muchas vueltas que confundan al lector, prácticamente directo hacia la persona que mató a Jessica. En “Agatha Raisin y el Paseo Mortal”, he echado en falta esa chispa o esas chispas que me he encontrado en la anterior novela ese enredo simple pero brillante que te oculta al verdadero asesino de los sospechosos. Esa búsqueda de la verdad, que en este libro opacada en demasía por el romance y que, a mi parecer, a apartado a la protagonista de la escena principal. Aun así, ha sido una lectura divertida y recomendable. |
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