 |
Obra maestra. Literatura con mayúsculas, de la que debería enseñarse en los colegios. Gaiman ha realizado interesantes incursiones en la literatura convencional, donde es bueno por su derroche de imaginación, pero es que aquí es el amo absoluto, el contador de historias, el creador de personajes, el gestor de tempos, el articulador de escenas sugerentes. Aunque bien podría leerse este volumen (conformado por 12 números) de manera independiente, a mi parecer resulta imprescindible haber llegado hasta él después de conocer todo el universo Sandman que Neil Gaiman lleva años construyendo. Muchos de los personajes y muchas de las escenas apenas se entenderían sin haber recorrido antes ese extenso camino. En la benévolas, todo se desarrolla despacio, de forma coral, con multitud de personajes que van aportando su visión y perspectiva de la historia, sin prisas, como debe ser. Poco a poco se van tejiendo todos los hilos y el libro te atrapa en sus redes, llevándote hacia un desenlace brutal, emotivo, maravilloso. Las benévolas (las erinias, las furias, las euménides) persiguen a Sueño durante toda la novela para ajustar una deuda de sangre por la muerte de Orfeo, pero ¿qué pueden hacer estas criaturas ante uno de los Eternos? Pues destruir su mundo. Arrinconarlo y conseguir que asuma su culpa. No quiero contar más porque prefiero no cometer el error del prologuista (por favor, que nadie lo lea porque revienta todo). Una obra sobresaliente que admite diversas lecturas. Una joya para la biblioteca. Si hubiese seis estrellas, se las daría. |
>
