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Gran novela negra adictiva, no puedes dejar de leer y, al ser breve, la terminas en una tarde. Trama dura (el hallazgo del cadáver de una niña –Abigail, ‘la nena'– de 14 años siempre lo es), con un lenguaje directo y diálogos crudos, a menudo soeces, reales. No hay florituras, apenas encontramos descripciones, y, en mi opinión, es algo que le viene fenomenal a la novela para que el lector empatice mejor con los personajes, consiguiendo como pocos autores logran que te conviertas en ellos, que vivas de verdad la acción. Nuestros protagonistas son Romero, el inspector que lleva el caso, que carga con sus propios fantasmas, y Soledad, la madre de Abigail, la madre de una niña muerta, que busca justicia..., acompañados de pocos personajes y, por tanto, de pocos sospechosos. Es dura, salvaje en ocasiones, también poética, y su final ha sido, para mí, impredecible. Triste pero necesaria. Real. Coherente en todo momento. Lectura rápida muy recomendable. |
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