Atardecer en París

¿Qué tendrá París que consigue que cualquier historia de amor florezca sin problemas? Aún no he tenido la oportunidad de visitarla, por lo que no puedo saber exactamente cómo se sienten los personajes en ciertas situaciones. Por supuesto, el escenario es importante, lo impregna con el toque romántico que se necesita.

Los primeros capítulos se desarrollan en un cine que se puede imaginar perfectamente. Nada de los cines enormes y modernos situados en centros comerciales, llenos de taquillas, salas, asientos y palomitas recalentadas... Cinéma Paradis es pequeño, con butacas antiguas de madera y asiento de terciopelo rojo. Una sola taquillera, un acomodador y muchas películas antiguas, quizás en blanco y negro. La novela es un claro homenaje a los clásicos del cine.

La historia está narrada por Alain, el propietario del cine, y protagonista principal. Es un hombre bastante normal, incluso peca de simplón, se enamora (se obsesiona) de Melanie, una mujer que apenas sale en el libro aunque es el centro de atención. La resolución de la historia me pareció un poco absurda y cogida con pinzas. El libro cuenta con un lenguaje cercano, sencillo y sin complicaciones. Abundan los diálogos, lo que agiliza la lectura. Sin embargo, y en mi opinión, el problema del libro es la ñoñería que se profesan los personajes, esas palabras dulces, empalagosas, que se pegan como un caramelo a los dientes.

No estamos ante un novelón, pero sí logra entretener y asaltarnos con alguna que otra sorpresa. Es un libro sencillo, ágil, amable y, ante todo, romántico. Una lectura recomendable para los amantes del género.

Saludos ;)