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Crítica de Celeste_Lightwood


Celeste_Lightwood
24 June 2020
Cerca del Protectorado se extiende un bosque peligroso que oculta algo aún más peligroso: a una bruja. Para complacer sus deseos y evitar que haga daño a sus gentes, todos los años se celebra del llamado Día del Sacrificio, donde el niño más pequeño es abandonado por los Ancianos, la élite que gobierna, en un claro del bosque como sacrificio para la bruja. de esta forma, año tras año se van librando de su sed de sangre. Sin embargo, lo que nadie sabe es que la famosa bruja, Xan, no es tan mala como la pintan. de hecho, ella ni siquiera comprende a qué se debe semejante tradición de abandonar bebés, así que cada vez que llega la fecha, se adentra en el bosque para rescatar a la criatura y llevarla a las Ciudades Libres, donde lo entrega a una nueva familia que le dé amor. Estos niños son los llamados Niños de las Estrellas. En una de esas veces, por error, Xan le da de beber luz de luna al bebé que rescata. Esto hace que la niña quede enmagizada, es decir, que desarrolle poderes mágicos. Debido a esto, y al cariño que Xan le coge, decide que no la va a dar en adopción, sino que la va a cuidar como su nieta. al principio, la niña crece con normalidad. Sin embargo, poco a poco la magia comienza a correr por sus venas y ella empieza a utilizarla con toda la naturalidad del mundo, como si fuera una extensión suya, sin ser consciente de ello. Xan se alarma porque es incapaz de controlar sus poderes y al final puede causar una desgracia, por lo que decide que, lo más sensato, es bloquear su magia hasta que sea lo suficientemente mayor como para ser capaz de utilizarla debidamente.

Mientras esto ocurre en el bosque, en el Protectorado, Antain, un joven aprendiz que aspira a convertirse en Anciano y formar parte del Consejo por órdenes de su madre, puesto que su tío es el Gran Anciano, no está de acuerdo con el Día del Sacrificio. La primera vez que asiste como parte de la procesión que tiene que llevar a cabo el traslado del bebé elegido, se estremece con la crueldad que supone arrebatarle un hijo a su madre. La madre elegida para entregar a su bebé se niega a que le arranquen a su niña de los brazos y opondrá resistencia, algo insólito pues todas las mujeres están resignadas a la posibilidad de que eso ocurra. Antain queda horrorizado ante el dolor de la madre y su tristeza. Esa imagen, junto con la imagen de su tío abandonando al bebé en el claro del bosque sin ningún tipo de arrepentimiento, le perseguirán para siempre y le hará replantearse la moralidad de los Ancianos y las costumbres del Protectorado. Según va creciendo, más conciencia del horror de este momento va adquiriendo: definitivamente, Antain no puede dejar que eso siga así.

La niña que bebió luz de luna es una novela preciosa que, aunque está destinada para niños y adolescentes, la puede disfrutar cualquier tipo de lector. Es una novela coral que está narrada desde diferentes puntos de vista, aunque los principales son Xan y Antain. Xan es una bruja bondadosa, de unos quinientos años, que no comprende por qué la gente del Protectorado abandona niños. Como nunca se acerca al pueblo, debido a una nube de tristeza enorme que le cubre y que a ella le estremece, no sabe las historias que cuentan sobre ella ni que allí la temen. Así que ella tan solo se limita a, como buenamente puede, recoger a los niños abandonados y cuidarlos y alimentarlos hasta que llega a las Ciudades Libres, más allá del bosque, donde las familias que allí viven adoptan a las criaturas como si fueran sus propios hijos. Xan vive en una pequeña cabaña cerca de la Ciénaga con sus dos grandes amigos: Glerk, un monstruo del pantano con múltiples brazos y piernas y un corazón de oro; y Fyrian, un dragón Simplemente Enorme que, en realidad, tiene el tamaño de una paloma y que es absolutamente adorable. Ellos se convertirán en la familia de Luna cuando esta sea rescatada por Xan. Sin querer, la bruja desarrollará un profundo amor por la niña cuando la recoge del bosque por lo que será incapaz de darla en adopción, sobre todo después de haberla enmagizado por error. La actitud y la personalidad de Xan es la de una abuela típica. Adora a su nieta, la cuida y le enseña los pormenores de la magia, hasta que se da cuenta de que es demasiado peligrosa conforme va creciendo y su magia crece con ella. La relación que tiene Luna con su magia y las consecuencias físicas y mentales que esto conlleva, me resultan una metáfora bastante acertada y bonita de la adolescencia, pues los cambios de humor y los cambios físicos que experimenta conforme va creciendo y la magia quiere salir a borbotones de ella (pero no puede, porque ha sido retenida por Xan para que Luna no sea peligrosa), son muy similares a los que experimenta cualquier adolescente normal. No sé si esto es algo que la autora hizo a propósito o si es una lectura adicional que yo he extraído, pero me parece una forma genial para describir y caracterizar la adolescencia.

Por su parte, todo el mundo adora a Luna. Es dulce, vivaz, divertida, soñadora y un amor. Junto con su abuela y con sus mejores amigos, Glerk y Fyrian, que se unen a todas sus aventuras, crecerá feliz e ignorante de su verdadero poder y de sus capacidades. También crecerá sin saber que allí fuera, en el Protectorado, hay una mujer que la busca, una madre que nunca perdió la esperanza de encontrarla pues, en el fondo de su corazón, sabe que su hija está viva, que no importa lo que diga el Consejo de Ancianos, su hija nunca murió a manos de la bruja. Sin embargo, nadie la cree y la profunda tristeza que acompañó a su gran pérdida hizo que la catalogaran de loca y la encerraran en la Torre, un lugar custodiado por las Hermanas de la Estrella, un grupo de sabias guerreras que actúa como la espada de los Ancianos.

Tanto Xan como Glerk, Fyrian y Luna son personajes maravillosos con los que te encariñas con facilidad y a los que quieres sin darte cuenta. La relación que mantienen entre ellos, como una gran familia, es preciosa y se nota que no pueden vivir los unos sin los otros. La conexión de abuela-nieta es realmente bonita; se podría decir que Glerk se comporta como el hermano mayor o como un tío, mientras que el pequeño, pero Simplemente Enorme, Fyrian es, claramente, el hermano pequeño.

Por otro lado, tenemos a Antain. Después del suceso del Día de Sacrificio, durante varios años estuvo inventándose cualquier excusa para no tener que acudir a ese evento, lo que le valió, finalmente, la expulsión de los Ancianos, acto que le alivió. Tras eso, pudo dedicarse a su gran pasión, la carpintería, a pesar de las protestas de su madre. Antain es un chico bondadoso y de un corazón enorme que no soportaba la hipocresía y la crueldad que caracterizaba a los Ancianos. Era un grupo privilegiado que disfrutaba de lujos mientras el resto del pueblo prácticamente se moría de hambre y tenía que vivir bajo la sombra de una supuesta bruja que robaba a sus hijos una vez al año. Antain no congraciaba con sus ideales, por lo que ser expulsado de allí fue lo mejor que le pudo pasar. A causa de un incidente con la famosa loca, la madre de Luna a la que habían encerrado en la Torre porque consideraban que estaba trastornada debido al dolor por su pérdida, Antain termina con la cara llena de espantosas cicatrices, lo que hace que todo el mundo le mire con horror. No obstante, eso no impedirá que termine casándose con su amor de juventud y formando una familia. Será en este momento, cuando se convierta en padre, que todo el sentimiento de culpabilidad que ha cristalizado con los años le lleve a intentar terminar con el Día de Sacrificio y con esa sangrienta tradición.

Aunque la historia parece sencilla, lo cierto es que no lo es, algo que me ha sorprendido. Yo me esperaba una trama lineal sin demasiados giros o subtramas, puesto que es un middle grade, pero, al contrario, me he encontrado con una novela compleja, que engancha muchísimo y que guarda mucho más de lo que promete. Tiene unos cuantos plot twist la mar de interesantes que son capaces de sorprender al lector y de añadirle mucho más emoción a la historia. Además, lo que nos cuenta es precioso. Nos habla de amor, de mantener la esperanza aun cuando parezca que nada tiene remedio y que las cosas no se pueden arreglar, de que tu familia siempre te va a querer pase lo que pase. Da un mensaje muy positivo, sobre todo pensando en los niños, y me parece que las lecciones que podemos extraer de la niña que bebió luz de luna son muy importantes y que a veces se nos pueden olvidar. No solo la historia es una delicia, sino que la prosa también es muy bonita y encaja perfectamente con lo que la autora quiere transmitir.

La niña que bebió luz de luna es un libro que todo el mundo puede disfrutar, tanto pequeños como no tan pequeños. Se trata de una historia que es mucho más de lo que aparenta, que se te queda pegada al corazón, y cuyos personajes son tan bonitos y humanos que es imposible no encariñarse de ellos. Es una maravilla de principio a fin que se lee en un suspiro y que nos habla de magia, esperanza y, sobre todo, amor.
Enlace: https://notodoesfantasia.blo..
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