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Llevo ya poco más de un año aficionada a las novelas de suspense, pero es la primera vez que decido ponerme a la lectura de una novela calificada con thriller existencialista, un tipo de novela que, además de mantenernos en vilo a cada página, nos plantea también cuestiones sobre la vida humana, la libertad y las decisiones del ser humano ante cada hecho o problema que se le plantea, como es el caso de nuestro protagonista. En El Arte de Morir Dos Veces conocemos a Alex, un hombre con deudas hasta el cuello al que le ofrecen la posibilidad de hacer que desaparezcan esas deudas a cambio de robar una importante suma de dinero, hacerse pasar por muerto y escapar a México para empezar una nueva vida sin rastros de su pasado. Pero una decisión así marca un antes y un después importante en la vida de Alex, haciendo que un plan en principio sencillo de tres simples pasos y que le abriría las puertas a un futuro más esperanzador, acaba llevándole por todo un mar de persecuciones, peligros y amenazas a las que tendrá que hacer frente si quiere escapar y sobrevivir. A este viaje se les unirá como contrapartida, una pareja de policías que tratarán, por todos los medios, de impedir que Alex se salga con la suya. ¿Qué ocurrirá? La novela es una sucesión continuada de escenas que dejan al borde del infarto, con acción trepidante y una sensación de congoja que cala en el lector por el miedo y la incertidumbre en la que se embarca su protagonista a cada paso que da, con la policía pisándole los talones y con la lista de personajes variopintos que se interponen y cruzan en su camino. Además, la novela está narrada en tercera persona y me ha permitido visualizarlo todo como si fuera el propio narrador o me encontrara delante de una película o serie de televisión, sobre todo desde el punto de vista de los inspectores Mitchell, que van desmenuzando la trama a cuenta gotas y a buen ritmo, junto con Alex y Solomon. Todos los personajes, tanto principales como secundarios, están muy bien desarrollados. Son personajes muy complejos y con objetivos fijos y claros desde el comienzo. Alex es un hombre que, movido por la desesperación de una deuda que le ahoga, acaba robando dinero a la persona menos indicada, provocando así que su vida corra peligro y tenga que ingeniárselas de mil y una maneras para sobrevivir y escapar de todo. Es un hombre ingenioso, con recursos y que hace uso de la lógica y el pensamiento para meditar cada escenario y ver el modo más adecuado de escapar de él o encontrar el modo de usarlo a su favor antes de que se convierta en una desventaja. Solomon es un personaje que evoluciona muchísimo y hace que nuestra idea inicial de él cambie por completo. Es indiscutible lo loco que está, pero su forma de visualizar y meterse por voluntad propia en situaciones perjudiciales y peligrosas como medio para justificar sus actos, hace que me plantee si dentro de ese loco modo de proceder no se esconde una mente brillante y calculadora. También tenemos a los inspectores, Rebecca y Moses, una pareja tanto en el plano sentimental como en el profesional, que forman un tándem perfecto. Son dos personajes que se complementan muy bien y que contradicen el tópico de que dos personas enamoradas no pueden colaborar ni trabajar juntos de forma eficiente. Mientras que uno es impulsivo y desconfiado, el otro es metódico y hace uso de la lógica, evaluando todas las opciones y no dejándose llevar por lo que dicen las pruebas y los actos de Alex en un primer barrido de los escenarios y las pistas. Rebecca, en esta ocasión, es quien lleva las riendas de la investigación, la que escudriña hasta el último rincón en busca de pistas y de información que les pueda guiar hacia la verdad detrás de todo, consiguiendo así su objetivo. Encontramos más personajes como Laman Kilgore, Olga, etc., pero es mejor que vayáis descubriendo la implicación de cada uno en la historia por vuestra cuenta, y así mantener más suspense y emoción. La pluma de Alonso Barán es directa y calculadora, llevando al lector hacia donde quiere sin desvelar más de la cuenta en cada momento. También tengo que decir que hay escenas muy violentas y desagradables y, por ello, no recomiendo la lectura a personas con el estómago sensible, pero así es este tipo de novelas donde la vida de los protagonistas pende de un hilo y han de huir y hacer uso de todos los medios posibles para sobrevivir. Aquí es matar o morir. No hay más opciones. O, como dice el título de la novela: el arte de morir dos veces. Dentro del thriller, el existencialismo es crucial, el valorar la vida, el tiempo que tenemos, la persecución de los sueños..., son cuestiones que también se plantean a lo largo de una trama llena de acción y sangre. En resumen, 'El Arte de Morir Dos veces' es una novela con ritmo trepidante que nos sumerge en una trama llena de acción y de persecuciones, con algún que otro escenario sangriento y, entre tanto, también disfrutaremos de cuestiones tan esenciales como el valor de la vida y de nuestra propia existencia. Un thriller que engancha desde la primera página. Enlace: https://eraseunlibro.blogspo.. |
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