Alex es un pobre empleado que vive para trabajar y pagar las deudas que acumuló tras el tratamiento de cáncer de su madre. Intenta obtener más métodos para conseguir dinero, pero ve una gran oportunidad para saldar sus cuentas cuando escucha, por casualidad, que sus jefes tienen un millón de dólares guardado en la caja fuerte. Así que no duda mucho en preparar un plan para robar el dinero, organizar su falsa muerte y desaparecer rumbo a México. "La supervivencia no entiende de ética" Sin embargo Alex no es consciente de que su plan tiene un gran fallo, aunque él lo desconoce. Huir se vuelve complicado cuando llevas tras de ti una máquina preparada para matar. Esa máquina tiene nombre y apellido: Solomon Schwartz, el dueño real del dinero, un ex-militar que no duda en ir tras el chico cuando descubre lo que ha hecho. ¿Su máxima? Recuperar el dinero pasando por encima de quien sea, y vaya si lo hace... Alex también ignora que lleva detrás a la policía, en concreto a Becky y Moses, un matrimonio que le sigue la pista casi desde el principio. Desconoce la persecución que hay tras él, y en algunos momentos resulta hasta cómico...porque su cara puede estar apareciendo en las noticias en primer plano, creando un gran revuelo tras de sí y él sigue escapando sin ninguna prisa y además sin esconderse. "[...] la vida pasa y lo que no haya ocurrido en ella te perseguirá siempre. Uno debe crearse sus oportunidades, no vivir de sueños" Pero aún así y de forma inconsciente no se lo pone fácil a ninguno de sus captores, que tendrán que perseguirle cientos de kilómetros. Durante el viaje, a través de la América más auténtica, Alex se irá cruzando con diferentes personajes con los que algunas veces surgirán temas trascendentales sobre los que debatirán, poniendo al lector también en un dilema. Y otras veces no tendrá tanta suerte con sus compañías y verá peligrar su vida, generando un contínuo de situaciones que van de mal en peor. Ya os aviso que cruzarse con una familia que quiere usarte para picadillo no es algo bonito. "-Es mucho más trágica la muerte prevista que la imprevista. -¡Claro! Porque hasta que te mueres piensas en todo lo que no vas a poder vivir. Alonso Barán usa un estilo muy visual en su descripción de la historia, lo que da mucha agilidad a la trama y nos permite recrear en nuestra imaginación todo lo que nos está contando. La ambientación, especialmente hacia su final, no puede ser más perfecta en esta especie de "road movie" a la desesperada. Pues ese calor y la sequedad del paisaje no hacen más que aumentar esa sensación de agobio y tensión que tiene su lectura. Como "pero" tengo que decir que me hubiera gustado más variación en su desarrollo, es un libro de casi setecientas páginas en el que no deja de repetirse el mismo esquema una y otra vez, lo que le resta sorpresa en mi opinión. Y tampoco me esperaba un final así de abrupto. Independientemente de esos "peros", "El arte de morir dos veces" es una lectura ágil, en la que la acción destaca por encima de todo, es puro entretenimiento. Además su autor ha sabido jugar con su condición de filósofo dándole un toque personal que resulta interesante sin llegar a cansar. Y nos va dirigiendo con estas ideas hacia un final en el que, al igual que Alex, valoraremos si le ha merecido la pena todo por lo que ha pasado. "Creemos que el sentido de la vida lo da cómo usas tu tiempo, no cómo gastas tu dinero" Enlace: https://bajolapieldeunlector.. + Leer más |