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Cierre de la trilogía de Barker, que nos deja con muy buen sabor de boca, aún sin ser el tipo de literatura a la que nos tiene acostumbrados. Aquí no encontraremos nada escatológico ni gore, pero sí una historia fantástica la mar de entretenida. Si bien con Abarat teníamos básicamente un preludio de lo que iba a pasar después, descubriendo las Islas Abarat (que son una isla por cada hora, más una misteriosa –y fuera del tiempo- número 25) y adentrándonos en este curioso mundo creado por Barker, que quizá recuerde una especie de País de las Maravillas moderno. Es inevitable que se nos pase por la cabeza leyéndolo. Seguimos con una historia donde el punto fuerte es la ambientación y sin duda los personajes, pues hasta los secundarios están repletos de peculiaridades y rezuman carisma, llegando incluso a creértelos, lo que es de agradecer aunque en ocasiones tengamos que hacer memoria para recordarlos, pues son unos cuantos. Acompañamos de nuevo a Candy en sus aventuras por este extraño y peculiar mundo, donde esta vez toca enfrentarse a Mater Motley, la super villana, que por supuesto quiere sembrar su medianoche absoluta sobre Abarat para hacerse con el control de todo. Vamos saltando al mundo real a la vez, donde dan a nuestra protagonista por desaparecida, y también tenemos algún flashback donde sabemos algo más de los hechos. A destacar: que no es la típica historia de fantasía, sí es cierto que tiene sus tópicos, pero no estamos ante una narración fácil (los que hemos leído a Barker sabemos que no escatima en detalles y que en ocasiones puede resultar algo denso), ni ante una novela donde sepamos qué va a pasar… o al menos en su mayor parte; todo se va desarrollando poco a poco, tocando muchos palos y dejándonos sensaciones que van desde el drama, la acción, hasta toques humorísticos muy bien llevados. En general me ha gustado, no es en absoluto lo que estoy acostumbrada a leer cuando cojo un libro de este autor (que me encanta y no puedo dejar de recomendar), pero sí es un giro diferente que igualmente gusta conocer. Como curiosidad, añadir que todo este universo está basado en unos cuadros que el autor pintó, cuyas imágenes fueron transcritas por él y llevadas con el tiempo a lo que hoy es la trilogía Abarat. De hecho podemos buscarlas en Google y conocer de primera mano el aspecto de los personajes de la historia. |
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