La conjura de la niebla

“La conjura de la niebla” es de esos libros que supe que tenía que leer desde el momento en que vi su portada por primera vez. Ese cruceiro en mitad del bosque, envuelto por la neblina, emana un aura tan misteriosa que te atrapa irremediablemente como si de la niebla del título se tratase.

La jueza Elena Casáis deberá hacerse cargo de la instrucción en la desaparición de Paulina, una adolescente de la pequeña localidad gallega de Illa de Cruces. El suceso pronto se revelará conectado a la desaparición treinta años atrás de otra joven, Melisa, tía de Elena. Durante la investigación, Elena irá descubriendo un pasado familiar que hasta ahora había permanecido oculto y que destapará los secretos más inconfesables de los vecinos del pueblo.

“La conjura de la niebla” ha sido mi primer acercamiento a la autora y, he de reconocer que, en un principio, me costó bastante entrar en la historia. Un estilo tremendamente descriptivo, con frases largas plagadas de adjetivos, hizo que la narración fuese excesivamente lenta, sobre todo en los primeros capítulos. La trama en sí tardó en arrancar, pero una vez lo hizo, me fui involucrando más y más en la historia, llegando a devorar el último tercio del libro.

Sin ninguna duda, el punto fuerte de la novela es la ambientación y esa atmósfera asfixiante y opresiva que consigue transportar al lector a esos bosques gallegos cargados de humedad, lluvia y niebla, pero también de tradiciones, creencias y supersticiones. Una de mis partes favoritas fue el conocer algunos de esos elementos de la cultura popular que aún hoy día permanecen tan arraigados en la sociedad gallega.

La investigación en el presente se irá entrelazando con la del pasado gracias a capítulos en los que, en forma de diario escrito por Melisa, iremos conociendo cómo era la vida en la Galicia de los años 80, con las adversidades a las que se enfrentaban las familias (en especial las mujeres) que vivían del mar, el narcotráfico y el consumo de drogas, o la corrupción, como elementos clave.

A pesar de que estos capítulos me resultaron muy interesantes, la “voz” del diario no terminó de cuadrarme con la de una niña de la edad que se suponía tenía Melisa cuando lo escribió.

Aunque “La conjura de la niebla” es, en esencia, una novela negra con un misterio como hilo conductor, es también una historia de mujeres, de mujeres fuertes y luchadoras, de madres e hijas.

Con un lenguaje cuidado y elegante, poético en ocasiones, “La conjura de la niebla” es una historia de suspense que se cocina a fuego lento. Tras un comienzo un poco denso, en el que la niebla lo cubre todo, no permitiéndote ver lo que tienes delante, una vez ésta empiece a disiparse, te verás completamente atrapado por lo que se comienza a intuir, no pudiendo escapar hasta que finalmente lo ocurrido sea revelado en toda su crudeza.