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La historia de Susanna Osbourne y Peter Whitleaf me ha parecido muy bonita, un romance que surge de una amistad corta pero honesta. Me gustó que Peter luchara para ganarse el respeto y aprecio de Susanna, él tiene una personalidad capaz de conquistar a cualquier persona a su alrededor y ella no fue capaz de resistirse a pesar de tener un secreto doloroso en su pasado que involucra a la familia de él. Susanna es una maestra de la Escuela de Miss Martín para señoritas y cuando pasa sus vacaciones con la Condesa de Edgecombe conoce a varias personas en el lugar donde se están quedando, entre esos conocidos se encuentra con el Vizonde Whitleaf y tan solo al escuchar su titulo siente recelo hacía él por un pasado doloroso para ella, sin embargo, ella causa una gran impresión en él y está decidido a conseguir que ella sea su amiga, así que, después de varias situaciones en las que se ven en la compañía del otro, logran un acercamiento que los hace descubrir que el otro tiene cualidades que les parecen interesantes y admirables logrando forjar una amistad que los hace sentir felices. La amistad de Susanna y Peter solo puede durar las dos semanas que ella pasará allí, así que, cuando se ven obligados a separarse, en sus memorias quedan los recuerdos hermosos que compartieron y un interludio romántico que compartieron la última vez que se vieron. Pero el destino seguirá interviniendo para que se vuelvan a encontrar y ambos reconozcan que sus sentimientos por el otro va más allá de la amistad, sin embargo, en el pasado de ambos hay un secreto que los acecha y termina saliendo a la luz llevándolos a decidir si la pasión y amor que sienten es más fuerte que ese secreto. En general fue una historia que disfruté, me encantó la manera en que se da la relación de los protagonistas, los giros que se fueron presentando en la historia y reencontrarme con personajes de los libros anteriores. |
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