Cómo provocar un incendio y por qué

«El mundo es absurdo. Es voraz. Es codicioso e infiel. Es salvaje este lugar que habitamos, ¿no es cierto? Pues entonces tendremos que encontrarle algún sentido. Ese es uno de los motivos por los que hice este panfleto. Una especie de sostén en el mundo del que puedes aferrarte. Si te sostienes, encontrarás un camino por donde avanzar. Te lo prometo».

Lucia Stanton es una adolescente irreverente de dieciséis años que escribe para exteriorizar su historia y entenderla. Con una voz ácida y sarcástica, su mirada sagaz del mundo refleja las injusticias sociales. Lo único que le queda de su padre fallecido es un encendedor Zippo, su madre está internada en un manicomio y vive con su tía. La novela inicia con Lucia siendo expulsada de su colegio y desde el primer capítulo sentimos empatía por ella. Tiene sus ideas muy claras sobre cómo funciona el mundo con sus desigualdades e injusticias y está dispuesta a quemarlo todo. Su familia anarquista le ha enseñado sus grandes reglas éticas a seguir: “No hagas cosas de las que no te sientas orgullosa” y “No creas en estupideces y no actúes como un robot. Es mucho mejor meterse en problemas que ser un robot, porque los efectos de ser un robot son difíciles de revertir”.

Esta novela viene finalmente a recordarnos que no perdamos una mirada crítica de nuestra sociedad. Su protagonista despierta fuertes sentimientos de empatía y rechazo. Si bien algunos pensamientos me dejaron helada en el camino, su intención es la búsqueda de una ética profunda. Una denuncia de las injusticias y las desigualdades sociales. La narrativa de Jesse Ball nos envuelve en esta historia de desamparo y soledad y no queremos abandonarla. La tristeza y la ira de una adolescente a la que no le queda nada se transmutan en fuego.