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La habitación de Giovanni trata de las mentiras que nos contamos a nosotros mismos y a los demás, del temor a enfrentarse con la realidad, y, sobre todo, de la incapacidad de aceptarse a uno mismo (y en consecuencia, de la imposibilidad de amar a los demás). El protagonista es un hombre que utiliza la huida como infructuoso método para afrontar sus problemas: de poco sirve poner distancia física o emocional cuando el problema está en tu interior. David no puede evitar repetir este patrón, aunque tampoco pare encontrar consuelo en ello. Todo lo contrario, la novela, contada en primera persona, está impregnada en un sentimiento de culpabilidad, de arrepentimiento. La novela destaca por una narración poética, bellísima, repleta de sensibilidad pero al mismo tiempo tristeza y amargura, fiel reflejo de un protagonista contradictorio, incapaz de abrirse a nadie: ni a Helia, su prometida, ni a Giovanni, el hombre por el que se siente instantáneamente atraído, aunque se niegue a aceptarlo, aunque se asquee al pensarlo. No es precisamente una lectura de las que llaman “feel good”, sino todo lo contrario. al fin y al cabo, David es una persona que se define a sí misma como “especialista en la autodecepción”. Os podéis hacer una idea del tono del relato... |
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