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La historia está ambientada en Harlem, Nueva York, en los años 70. Tish, una chica negra de 19 años nos cuenta en primera persona que acaban de encarcelar a su novio por un delito que no ha cometido. A través de sus recuerdos vamos conociendo sus vidas, cómo se conocieron siendo niños, el amor que los une, sus inquietudes y su empeño por intentar salir del bucle de pobreza, delincuencia y racismo que impera en el barrio. Pero todo esto se ve truncado por la falsa acusación y los esfuerzos de ella y su familia por intentar demostrar su inocencia. Lo que más me ha sorprendido, sin duda, han sido los personajes. Es una novela bastante corta, pero eso no impide a James Baldwin construir unas personalidades complejas y muy creíbles. Especialmente Tish. En todo momento tuve la sensación de que realmente era ella la que me estaba narrando la historia. Una historia que, como un blues, es triste, nos abre los ojos ante la injusticia y la marginación por el color de la piel y la pobreza. Pero a la vez es un canto a la esperanza y la supervivencia, a los lazos familiares y al amor. |
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