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Años después de la desaparición de Irene, Esther descubre su imagen perdida entre las noticias que cada primero de enero los canales de televisión utilizan para rememorar los principales acontecimientos del año. Estas imágenes la persiguen desde el otro lado del océano, hasta la Barcelona en la que ahora vive y trabaja. ¿Puede ser de verdad Irene? ¿No había sido su hermana pequeña víctima de la violencia de género tan extendida en México? Les habían dicho que había sido un feminicidio, aunque no pudieron identificar el cuerpo y solamente recibieron las cenizas del cuerpo. ¿Es posible que Irene se encontrara en los disturbios de la sierra hidalguense y fuera capturada por las imágenes retransmitidas por la televisión española a principios del 2013? Esther se había refugiado del dolor y la culpa en Barcelona, había cruzado el océano Atlántico para escapar del recuerdo de su hermana. Sin embargo, el fantasma de Irene sube con ella al avión, camina a su lado por las calles de Barcelona, habita el mismo apartamento que Esther intenta considerar hogar. Con la aparición inesperada tantos años después, también reviven los recuerdos de la enfermedad mental que Irene padecía y que había marcado la infancia y la juventud de la protagonista. Las noches en vela, la preocupación por sus tratamientos, el estar más pendiente de ella que de una misma, el no tener nunca prioridad en la toma de decisiones familiares. La culpa la envuelve por no haber hecho más, por no haber cuidado más, por haber sido egoísta y haber deseado conquistar un espacio propio dentro de las lecturas. Laura Baeza trata en Niebla ardiente la situación de las mujeres mexicanas. Mujeres desaparecidas, asesinadas, v.ioladas, pro.stituidas, rechazadas por la sociedad, secuestradas. Con un estilo incisivo, nos abre los ojos a aquello que solemos silenciar. Porque la violencia es incómoda, y no hay nada más fácil que invisibilizar lo que nos queda "lejos". |
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