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Pierluigi y sus padres van de vacaciones a Banalia, un lugar que no es ni bonito ni feo, ni alegre ni triste, que tiene playa pero no es especialmente bonita. Y él se pregunta por qué los mayores están tan contentos por ir allí, ¿qué tendrá de especial ese sitio? Ya a primera vista a Pierluigi el lugar le resulta extraño: no hay gente en la calle, no hay niños o niñas en la playa, su padre y su madre actúan de una manera extraña... así que decide investigar por su cuenta para averiguar qué ocurre realmente. Y lo hará con la ayuda de Edoardo y Everardo, dos hermanos hijos de unos conocidos de sus padres, que ya parecen saber cuál es el misterio que encierra ese lugar tan peculiar. Y hasta ahí puedo contar, porque creo que en esta historia es mejor entrar a ciegas. El lector sabe sobre Banalia algo más que Pierluigi, la frase de la contraportada es un gran reclamo para bucear en la historia y desentrañar el misterio que encierra: "Bienvenidos a Banalia: el pueblo donde los libros estan prohibidos". El formato físico de este libro es muy original, con solapas envolventes (aunque personalmente no me gusta porque se estropean conforme lees). Una historia ingeniosa para jóvenes y no tan jóvenes, que te gustará si te atrae el poder que tienen los libros y la literatura. Y que además nos lleva a reflexionar: ¿has pensado qué harías si un día alguien te prohíbe leer? Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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