Una día Elliot se despierta con la presencia de un terrible olor, por más que lo busca no lo encuentra. El pequeño Elliot no se ha puesto a pensar que tal vez se trate de ese fantástico pijama de esqueleto que brilla en la oscuridad que no se ha quitado desde Halloween. Creo que la mayoría de los padres y de quiénes trabajamos con pequeños nos ha tocado conocer a mas de uno que tiene una pijama, pantalón, blusa o par de zapatos favoritos. A veces es complicado explicarles que la ropa debe cambiarse y lavarse, y este libro nos brinda la oportunidad de enseñar uno que otro hábito de higiene de una forma divertida. |