En el bosque

Cuánta sensibilidad y profundidad puede esconderse en un bosque... Los árboles, los animales, el ser humano como mero espectador, sin alterar absolutamente nada que permita romper el equilibrio. Y a la vez cuánto daño puede esconder un bosque por la irresponsabilidad de ese ser humano que no es capaz de respetar ni su entorno ni a los que viven y moran en él. Y eso es lo que nos quiere contar, "En el bosque", este sencillo álbum ilustrado. Hay un abuelo, que cuando era más joven se dedicaba a cazar a esos animales que vivían en el bosque y los exponía como trofeos en la pared de su casa, y ahora, se dedica a cazar, pero es otro tipo de caza. Ahora caza momentos, imágenes a través de su cámara fotográfica. Desde ese mismo momento que decide cambiar de “arma”, sus paredes se llenan de bellas fotografías de abejarucos, zorros, osos... y demás habitantes del bosque, en perfecta armonía. Cierto día, su nieta, una niña vivaracha y curiosa, le dice que quiere acompañarlo en sus paseos por el bosque para fotografiar animales, árboles y todo lo que se encuentren por el camino. Y sin pensarlo en exceso, ambos se embarcan en esa pequeña aventura. Sin embargo, la nieta una vez que están caminando no consigue ver a ningún animal pero tampoco consigue ver a su abuelo. Y lo que ella ignora, es que su abuelo detrás del objetivo de su cámara está fotografiando tanto a esos animales que tanto adora como a su nieta junto a ellos. al final del relato... se encontrará, esa nieta, con una grata sorpresa.
Estamos, como ya he dicho anteriormente, ante un álbum y un cuento muy sencillo que pretende mostrar ese amor que hay que tener por la naturaleza, o sobre todo, si no se siente ese amor, si ser respetuoso con nuestro medio ambiente y con los seres que allí moran. También es muy curioso como la autora, "Ainara Azpiazu", nos lleva hasta lo que nos quiere mostrar, haciendo al abuelo un cazador y más tarde viendo como el mismo abuelo ha cambiado de percepción y se ha convertido en un férreo defensor de la naturaleza.
Es un homenaje a la belleza de esos bosques, esos animales de los que todavía podemos disfrutar y una manera de intentar imbuir en los más pequeños ese amor y respeto por todo lo que nos rodea.
Las ilustraciones son coloridas, sencillas pero a la vez son capaces de transmitir esos sentimientos que muestran todos los personajes que aparecen en el cuento, la sonrisa de la niña, la mirada pícara del abuelo o las expresiones graciosas de los animales. A mí, especialmente me ha encantado esa pared repleta de fotografías de animales libres, sin ataduras viviendo en su entorno.
Es un relato perfecto, no únicamente para niños sino también para esos adultos que disfrutan con las historias sencillas pero llenas de mensaje y belleza.