Como siempre, Paul Auster no decepciona. Este libro es un homenaje a su máquina de escribir que lleva con él desde los años 70. Se la compró a un amigo por 40 dólares. Este es un libro ilustrado. Sam Messer, no lo conocía, es un ilustrador amigo de Paul Auster que sintió una conexión con la máquina de escribir de Paul Auster y la dibujó. Me encantan los dibujos que hace de la máquina. La humaniza con sus expresiones: parece enfadada, contenta, con los dientes - teclas desordenados... Me ha parecido un buen trabajo conjunto. Recomendable. No se tarda nada en leerlo. |