El Palacio de la Luna

Esta es la historia es Marco Stanley Fogg, un joven que desde pequeño ha llevado una vida un tanto especial. de padre desconocido y huérfano después de que su madre muriera en un terrible accidente de tráfico, Fogg es criado por su tío Victor, un músico y amante de las letras. A la muerte de este, M.S. Fogg nos explica sus vivencias en el paso a su etapa adulta. La historia está contada en pasado, como si él mismo nos explicase sus aventuras en base a sus recuerdos.

Pero él no es el único protagonista: Kitty Wu, Thomas Effing, Solomon o el ya mencionado tío Victor… todos tienen una historia propia y sobre todo increíble. Sus vidas, como la de Fogg, tienen un componente extraño pero todas ellas están tintadas de desgracia e infortunio. Aunque quizá lo más sorprendente de todo es la manera en que estos personajes se entrelazan, en cómo el azar (o quizá debamos decir Auster) juega espléndidamente su papel para confluir sus caminos y hacerlos dependientes los unos de los otros.

Esta es una novela muy difícil de resumir y reseñar… quizás este es el motivo por el que he demorado este momento durante tanto tiempo. Por ‘El Palacio de la Luna' hay que leerlo, disfrutarlo y dejarse atrapar por la historia. Hay que leerla, disfrutar con el lenguaje, descubrirla con la excepcional narrativa de Auster. Hay que dejarse llevar por la trama hasta llegar al inesperado final, que no dejará indiferente a nadie. El hecho de parecer “inacabado” da la oportunidad de seguir imaginando la historia aún después de terminar el libro. En ese punto, ya no necesitamos que Auster nos diga más porque conocemos al protagonista y podemos intuir la esencia de su porvenir, por muy imprevisible que sea.
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