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Si te gusta mi querida, queridísima Jane y conoces un poco su vida seguro que has leído sobre su hermano mayor (y reverendo) James Austen y la esposa de este (Mary Lloyd). James Edward Austen-Leigh, hijo de James, nació en 1798, también fue párroco y en 1870 (54 años después de la muerte de una tía a la que tampoco conocía tan bien) decidió ¿rememorar? ¿sacar provecho? a esa Jane que tan conocida y desconocida a la vez nos resulta. Tiene el valor de ser la primera biografía de la autora (y la que casi todo el mundo usa como base para intentar reconstruir a esta mujer tan misteriosa) y una defensa de obras que hoy nos roban el corazón, pero no siempre han resultado tan aplaudidas (incluso entre ciertos miembros de su familia). Es cierto que muchas de las historias que nos cuenta son de segunda (o tercera) mano, pero qué más da. Muy probablemente algunas vivencias están edulcoradas y de otras nunca sabremos nada dada la labor de Cassandra, pero qué más da. Os prometo cartas deliciosas, os prometo a Jane preocupada por sus retoños (sus libros), os prometo a Jane preocupada por su familia, os prometo a Jane Austen. |
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