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Si la primera entrega de la Serie Danvers me cautivó por el carácter de sus protagonistas, ese que haciéndose pasar por personas frías y calculadoras escondía dos seres buenos y con una carga considerable en sus espaldas, esta segunda me ha vuelto a cautivar prácticamente por los mimos motivos. Con la diferencia de que en este caso, nuestros protagonistas no pueden ocultar su dolor en un caso e inseguridad en el otro, eso sí, escondiendo muy bien los motivos que los causan. James es ciertamente un "bendito". Arrastra consigo una experiencia tremendamente dura y que ha marcado su vida y decisiones durante los últimos años. Es algo que se refleja en su mirada triste, algo que inunda sus pensamientos a tiempo completo hasta que conoce a cierta mujer en la boda de su mejor amigo. Charlotte siempre se ha sentido menos, siempre ha pensado que no está a la altura de su hermana y por ello mismo está convencida de que nunca lograrán llevarse bien. Lo que no se imagina, es que precisamente ese caracter arrollador de Skye, será el que a base de "incordiar" consiga que brote la verdadera Charlotte. Tanto James como Charlotte ocualtan al otro detalles que afectan a su futuro y que en algún momento harán que todo estalle, con el riesgo de que no sea para bien. Uno por su sentimiento de culpabilidad y otro por temor a la reacción de la otra parte, pero ambos callan. Y ese es uno de los motivos por los que el libro es adictivo, esto y unos secundarios maravillosos que nos acompañan a lo largo de la historia, y sin los que esta no sería lo mismo. El hecho de que Ewan y Skye, dos de mis personajes favoritos sean actores indispensables en esta historia, no es el motivo para que Bendito Highlander se ha ganado un lugar especial en mi biblioteca. Han sido Charlotte y James los que lo han conseguido por si mismos. Si los primeros eran arrolladores, los segundos son pura ternura, y de momento los cuatro han pasado a formar mi particular "Universo Danvers". En todos los libros hay un personaje al que me gustaría estrangular lentamente, y en este caso es Aaron. No pienso dedicarle ni una línea más de las necesarias porque no lo merece, pero si decidís leer esta historia, entenderéis el motivo de mi inquina, y tal vez empaticéis conmigo. Y de la misma manera, hay personajes a los que desearía ver en futuras historias, incluso uno de mis más odiados desde el principio. Y si con esto no es suficiente para animaros a leer Bendito Highlander, el simple hecho de saber que su autora es Joana Arteaga debería ser suficiente. Aunque esta serie no tiene nada que ver con sus últimas publicaciones, su magnífica pluma sigue presente, esa que te atrapa desde la primera línea. Enhorabuena Joana. Los has conseguido de nuevo |
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