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Ramon Arribas nos presenta a Elisa, una adolescente con una vida de los más normal cuya historia cambiará por completo durante la celebración de cumpleaños que hará en la playa con sus amigas. A partir de ahí Ramón nos hace ver que algo turbio está pasando, poco a poco, sospechas que todo es más grave de lo que parece y te va comiendo la incertidumbre. Entonces aparece en escena Darío, el sacerdote que pone nombre a lo que está aconteciendo y no cejará en su empeño por ayudar a Eloísa y su madre. La contraposición entre la Eloísa dulce y la poseída y temida está fabulosamente lograda y te vas metiendo en la historia con muchos nervios, sin tener claro si podrá acabar bien o no hasta la última página. En un final sorprendente y original, el autor remata la obra dejándote durmiendo con un ojo medio abierto. Una novela intrigante que tienes que ser capaz de separar de la realidad o no volverás a dejar a tus hijos salir de casa. A mi, que me va la marcha, me ha faltado un puntito más de terror, pero ha sido una lectura estupenda; más para estas fechas. |