El perfeccionista de cuerpos

Ginebra Palmer es inspectora y se verá envuelta en una investigación con un asesinato muy raro. La mujer asesinada es una réplica exacta de ella, en su mano descansa una nota clara : SUCIA.

Su equipo y su nuevo integrante el subinspector Einar Guerrero, se pondrán manos a la obra pero tendrán otro asesinato, otra mujer igual que Ginebra y la misma nota : SUCIA.
El inspector Hesper se verá obligado a apartar al grupo entero de la investigación del doble asesino, y darle prioridad a otro caso...

Está contada en tercera persona, alternando capítulos de la investigación y del asesino.
Los capítulos del asesino me han puesto los pelos de punta en alguna ocasión.

¿Que puedo decir? Me he quedado totalmente atrapada en el interior del caso, junto a Ginebra. No podía despegar los ojos del libro y mucho menos dejar de inventarme teorías, porque eran eso, inventos sin sentido porque en ningún momento he estado cerca de saber quién era y porqué.
Por nada del mundo me esperaba todo lo que venía con el desenlace 🤯.

He sufrido con Ginebra los vaivenes del comisario Hesper y viceversa porque... ¡Madre mía, vaya dos!
Eso sí, Alma ha sido mi personaje favorito 😻.

No puedo decir absolutamente nada malo de este libro. Nada. al contrario, es brutal de principio a fin.

Siempre he pensado que muchos libros de thriller empiezan con un cadáver y el asesino no vuelve a matar (no todos, pero muchos). Bien, aquí he echado en falta una pizarra para apuntar todos los casos, muertes y sospechosos que pasaban por la comisaría 69 de Madrid. Una locura de las buenas, que me ha encantado.

Ojalá Silvia nos sorprenda pronto con la segunda parte, porque estoy sin uñas.