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Me gustó mucho, la ambientación, la historia, los personajes. Todo me indicaba que era un libro para un público más infantil y por eso me animé a leerlo. Estaba estancada con mis lecturas y querían un repiro, definitivamente lo encontré aquí. Aunque a pesar de ser un libro para niños me soltar unos buenos sustos, con esto me acabo de dar cuenta el terror que les tengo a los espantapájaros. Y ese elemento fue tan bien utilizado que me mantenía vigilando mis alrededores, por si acaso. En general toda la trama me hacía mantenerme a la espera de algún susto y lo lograba, era como ver una película de terror con cada página. Es algo que de verdad me sorprendió, esperaba algo tranquilo, algo que solo asustara a unos críos, pero no fue así. A pesar de no mostrar un horror descriptivo y cardiaco logra consumirte en sus letras y trasportarte a su mundo y hacerte sentir la adrenalina y el miedo. Los personajes se me hicieron muy tiernos, la amistad que se forja entre estos tres niños que para nada se llevaban es tan dulce. Como empiezan prácticamente odiandose para luego estar seguros de protegerse por sobre todas las cosas. El papá de Olivia también se llevó un pedacito de mi corazón, no se lo muestra tanto, pero lo poco que pude absorver de este personaje me hace sonreír. Puedo decir que seguiré leyendo los demás libros de esta saga. La pluma de la escritora es sumamente ligera y entendible. |
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