"Os veo tan verdes y tan ingenuos… No tenéis la menor idea de lucha armada. Os van a llover hostias de todos lados, empezando por las de los nuestros”. Suelta ofensivo, crítico, directo, un ex militante de la banda asesina ETA, Txalupa, a los protagonistas de la historia. Asier y Joseba. Joseba y Asier. Dos vascos, tipo el Gordo y el Flaco. Dos cachorros a los que la desaparición de la banda coge por sorpresa, escondidos, en una granja de Toulouse (Francia). ¿Qué hacen entonces? Montarse por su cuenta, como quien dice. Pero nada es lo que parece en "Hijos de la fábula", de Fernando Aramburu. FacebookXLinkedInEmailWhatsAppCompartir Os veo tan verdes y tan ingenuos… No tenéis la menor idea de lucha armada. Os van a llover hostias de todos lados, empezando por las de los nuestros”. Suelta ofensivo, crítico, directo, un ex militante de la banda asesina ETA, Txalupa, a los protagonistas de la historia. Asier y Joseba. Joseba y Asier. Dos vascos, tipo el Gordo y el Flaco. Dos cachorros a los que la desaparición de la banda coge por sorpresa, escondidos, en una granja de Toulouse (Francia). ¿Qué hacen entonces? Montarse por su cuenta, como quien dice. Pero nada es lo que parece en Hijos de la fábula. Este relato se abraza a la ironía, tira de humor, usa la chanza y se desenvuelve con mofa para envolverse de una historia cómica. ¿Pero un tema tan serio como ETA da para la caricatura, el humor, la chanza e incluso la risa? Es la gran controversia que ha creado esta novela, demasiado arriesgada para lo que trata. Enlace: https://diariosanitario.com/.. |