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Es una lectura que no está mal pero en ocasiones se volvío algo tediosa. Principalmente, la culpa de eso la tuvieron los detalles insignificantes que se repiten una y otra vez, como lo malo que está el café de la máquina de la comisaría, repetido hasta la saciedad, o la voz profunda de Daniel. También se suceden cosas que alargan la historia pero que no aportan mucho como los atisbos al pasado del asesino que únicamente sirven para confirmar una suposición o descubrimiento al que se ha llegado a través de la investigación. En realidad, me pase la lectura esperando una mejora que no llega, de hecho, hacia el final decae aún más con unas "casualidades" un tanto rebuscadas e inverosímiles como ciertos conocimientos informáticos de un personaje. Tampoco me hizo gracia que se sacara un interés amoroso entre Daniel y Cristina que ni pegaba ni venía a cuento y que más parece un recurso para aumentar el público objetivo o agradar a cierto público que otra cosa. La autora me ganó más al final, cuando nos cuenta la labor de investigación que hay tras su obra, lo que se nota, que a lo largo de la novela. de hecho, le he subido una estrella como reconocimiento. No es que sea una mala lectura, es entretenida pero hay mejores exponentes del género. |
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