El asno de oro

Soy fanática de las historias donde los personajes se convierten en criaturas o cosas; me viene desde que leí La metamorfosis de Kafka, así que ya era hora de meterme de lleno con la historia de El asno de oro, que también fue conocida alguna vez con el nombre de Las metamorfosis.

Lucio, un mirrey del siglo II, con ganas de marcha y mucha curiosidad por la magia y la hechicería, por un accidente muy tontorrón termina convertido en asno y su vida como bestia lo llevará por un camino duro y lleno de contratiempos, pero también de aprendizaje.

Da miedo meterse con libros tan antiguos, pero valió la pena. El asno de oro es una historia divertida, picarona, fantástica, con su buena dosis de aventura y con mucha miga sobre la vida y el sentir de la época. Yo tuve la suerte de leer la traducción a cargo de Lisardo Rubio Fernández y es una maravilla. Se me olvidó el miedo a este totem (es la única novela latina que ha llegado completa a nuestros días) en la primera página y me dejé llevar por las aventuras y curiosidades que el protagonista nos narra en primera persona.

Muchas historias se incertan dentro de la historia principal. Historias de señoras que solo piensan en gozar sus carnes con amantes y que para conseguirlo son capaces hasta de matar. Historias de dioses y diosas que parecen odiar a todo el mundo y que existen solo para vivir su vanidad y satisfacer sus propios deseos.

Hay pasajes brutales. La esclavitud, el maltrato, la injusticia, se palpan en la obra. Pero también existe gente piadosa y algunos momentos donde ganan la virtud y los buenos sentimientos.

Uno de los pasajes más importantes y valorados para los estudiosos de El asno... es la historia de Psique y Cupido, pues es la primera referencia literaria que se tiene de ella. El prólogo nos explica esta y otras curiosidades que valdrá la pena tener en cuenta para reconocer esta historia en toda su grandeza.

El acto de 'la metamorfosis' en la literatura aporta nuevos ojos para ver y percibir la realidad. La metamorfosis física es también una metamorfosis espiritual, moral si se quiere. Lucio adquiere conocimiento cuando se convierte en animal y ese conocimiento le exigirá una transformación interior. Ese chico despreocupado, de curiosidad malsana, aprenderá a ser crítico consigo y con el mundo que le rodea. Lucio lo reconoce con sus propias palabras, dice algo así como que la metamorfosis, si no lo hizo un sabio, sí le ayudó a ser más inteligente.

La última parte de la historia genera debate entre los estudiosos. Por un lado se cree que hay un enfoque moral: la virtud vence; por el otro, que se trata de una sátira velada hacia la doble moral y los discursos interesados de la religión. Me inclino por lo segundo.

Esta edición contiene unas ilustraciones muy ad hoc realizadas por Jean de Bosschere y Edmund Dulac.

De verdad, cuando tengan curiosidad, acercarse a este divertido legado literario, y si ya la leyeron, ¿qué tal? ¿les gustó?