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No es la fantasía mi género favorito, pero hay autores que sobrepasan un poco los géneros y ese es el caso de Antonia Corrales en La mirada de una bruja, porque por mucho que la historia de una bruja solo pueda catalogarse de fantasía, ella va mucho más allá para presentarnos aquello que le gusta: hablar de las relaciones entre las personas, con un papel muy destacado para la amistad. Esa amistad que está presente de un modo u otro en todas sus novelas como eje fundamental de las mismas. Y de eso va esta novela, de la amistad de Dina con las personas del bloque al que se ha trasladado a vivir, de la amistad con su amiga de toda la vida que ahora está muy lejos pues su trabajo de arqueóloga la ha llevado a unas lejanas excavaciones. Lo cual no es obstáculo para que se mantengan en contacto aunque sea por teléfono. Una historia en la que lo de menos es que Diana sea una bruja, algo que ni ella mismo tiene demasiado claro. Lo que importa es el camino que sigue para intenta saber quién y qué es es realmente. Un camino en el que intenta ayudar a aquellos que la rodean, mucho más pendiente muchas veces de las necesidades ajenas que de las propias. Una novela que vuelve sobre los hechos de la primera para mostrarnos çómo las cosas pueden cambiar y ser de forma distinta para llevarnos finalmente al mismo o parecido lugar. Un mundo mágico en un mundo que no cree en la magia y que tendrá su resolución en breve, en la tercera y última entrega de esta historia de una bruja que tal vez aprenda a serlo y a vivir con ello. Enlace: https://www.elbuhoentrelibro.. |
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