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La niña caprichosa e impertinente que es Stella Maberly desde que con 4 años quedará huérfana de madre, se ve obligada ya de adulta a ejercer como dama de compañía de Evelyn, una amiga de la infancia, tras caer en desgracia el patrimonio de su padre. La inquebrantable fidelidad que se juraron se verá en peligro con la aparición de un apuesto pretendiente de Evelyn, y la misteriosa muerte y posterior resurrección de ésta, tras la que Stella está convencida de que el Demonio habita en su cuerpo. Ya tras leer en su momento la sinopsis hubo algo (espero que no maligno) que me atrajo enormemente hacia esta obra victoriana de posesiones, en la que no faltan los modales refinados, los lujosos y animados eventos sociales y una fina ironía. Como se deduce desde el título, la historia nos es narrada por la propia Stella, por lo que nos encontramos ante una perspectiva totalmente subjetiva de lo acontecido. Una mente retorcida que de alguna manera prueba su propia medicina, en una magnífica evolución del personaje y un final totalmente inesperado y abierto a diferentes interpretaciones. Me ha encantado la forma en la que está escrito y la maestría del escritor para mantenerte enganchado a la historia y no querer parar hasta que descubres cómo acaba todo. Lo devoras. Quiero seguir leyendo al autor pero creo que no hay más libros publicados en España. Una historia perturbadora, de venganza, de celos y traición, que navega entre el thriller psicológico y el suspense con altas dosis de humor y de cinismo. No quiero contar mucho más porque creo que es mejor entrar en la novela sin demasiada información, pero ya os confirmo que no me voy a cansar de recomendarla. |
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