Cantares de Ise.

Mis ojos miran a la lejanía,
como henchidos por torrenciales lluvias.
El río de mis lágrimas
moja sólo mis mangas
porque no puedo estar junto a vos.

Es desgraciado mi amor.
Quitad ahora la barrera
de la vía láctea
que no separa.

Suspirando, puedo decir,
por una persona
que no veo,
todo el día vanamente pasaré,
mis ojos perdidos en el vacío.

La mujer contestó con este poema:

Conocer, no conocer,
inútil es
diferenciar.
Tan sólo el amor
vuestro guía debe ser.

Al olvidar [dónde estáis]
Pienso: ¿será un sueño?
¿Cómo adivinar podría
que la nieve cruzaría
para lograr veros?

Inútil es en mi vida
lo que ocurrirá esperar
así hoy como mañana.
¿Cuál cascada es más alta
la de mi llanto o ésta?

¿Cómo amaría yo
a quien no me ama?

Interminable,
sin motivo preciso
la pena me embarga.

Cuando uno de los dos se va
¿cuál es el que la separación
penosa encuentra?
Mucho más que en otro tiempo
grande es mi tristeza hoy.

Las huellas que al partir
dejé, no deben todavía
haberse borrado.
¿Quién pues frecuentaría
hoy ese camino?

¡Si del pasado
anudar pudiera el hilo
y hacer que volviera hoy
el tiempo que fue!