Una mujer en Berlín

La autora, que quiso permanecer en el anonimato en su publicación, escribió estos apuntes, a modo de diario, en tres cuadernos escolares entre el 20 de abril y el 22 de junio de 1945, y en ellos recoge como vivió el final de la guerra en la ciudad de Berlín.

Lo considero un documento único, un libro que nació en días y noches terribles, y no como literatura sino como una forma de ayudarse a sí misma: “Nunca había estado yo tan apartada de mí misma, tan alienada de mí. Todo sentimiento parece muerto. Tan sólo vive el instinto de supervivencia”

Un documento excepcional, pues siempre he pensado que para enterarse de lo que en realidad ocurre en las guerras hay que preguntárselo a las mujeres, pues, como dice el prorrogo, “mientras los hombres combatían en una guerra devastadora lejos de casa, las mujeres resultaron ser las heroínas de la supervivencia entre las ruinas de la civilización”.

Este libro recoge la cara B de la II Guerra Mundial, lo que no se cuenta en los libros de historia, lo que les tocó vivir a las mujeres: primero la supervivencia entre los escombros, sin agua, sin gas, sin electricidad, acuciadas por el hambre, el miedo y el asco, y, posteriormente, la venganza de los vencedores.

Es un libro muy duro, cuesta leerlo, hay que hacerlo lentamente, y no es solo por las descripciones, sino porque nos encontramos con una narración llena de reflexiones. La autora cuenta lo que vio y lo que vivió en esos días, que fue también el destino compartido de miles de mujeres alemanas. Y lo cuenta sin tapujos con una serenidad que me ha parecido abrumadora e incluso, dejando espacio a un humor un tanto macabro:

«¿Cuántas veces te violaron, Ilse?» «Cuatro, ¿y a ti?» «Ni idea. Tuve que ir ascendiendo en la jerarquía, desde recluta hasta comandante.»

“Intenté imaginarme aquellas escenas espeluznantes. Jamás podría un escritor inventar algo semejante"

Recomendadísimo.

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