La fabulosa historia de Henry N. Brown

Ayer de madrugada terminé de leer este libro y aún hoy, ahora mismo, estoy asimilando el libro, y es que para mí ha sido el mejor de todos los que he leído últimamente, olvidaos de todas mis recomendaciones, y estaos pendientes de esta reseña ya estamos ante un libro muy especial.

No es un libro normal y corriente, no tiene al típico protagonista, el libro trata sobre la vida de un oso de peluche, Henry N. Brown, nos describirá su nacimiento, nos hablará de las guerras que ha pasado, las miserias que ha visto, la crueldad, el horror, de la gente que lo ha tenido en sus manos, de sus cambios de nombre, de su ternura, de sus ilusiones, miedos, fracasos, de la impotencia de no poder hablar, nos lo contará todo, ya que un osito es un gran oyente, guarda nuestros secretos, nos ve crecer y dejarlo abandonado en una estantería desde la cual te mirará con sus ojos de botón y aguardará que te acuerdes de pronto de él, y cuando lo hagas, el amor que siente por ti, le hará olvidar los años que ha pasado quieto acumulando polvo, se le olvidará todo si le cuentas los secretos que se ocultan en tu corazón, las penas que te ya que embargan, para él somos seres a los que hay que consolar, se dejará abrazar con tanta fuerza que parezca que lo vayas a romper, y poco a poco te sientas mejor, es la vida de un osito, es su trabajo.

No lo negaré, lloré, lloré al escuchar una historia tan entrañable, y es que encerrado en una habitación nos va relatando su vida, una vida plena como osito, vivió guerras, sueños rotos, muertes, nacimientos, abandonos, en fin, sólo comentar que cuando terminé el libro, miré a mi oso, Misha, el que ha estado toda mi vida conmigo con otros ojos, mi confidente no ha vivido tanto mundo, pero para mí es el mejor oso del mundo, y en él también hay algo que lo hace igual a Henry N. Brown, hay amor.

Una novela maravillosa, para aquellos que aún en el fondo seguimos siendo niños, muy recomendada para los que quieran oír la historia del mundo a través de los ojos de un peluche, eso sí, coged pañuelos de papel ya que la vida no es un camino de rosas, ya que os hará llorar, y es que aunque esa vida nos la cuente un osito de trapo, no es un cuento de hadas.
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