Debut literario de una autora que ha ganado el XX premio Roc Boronat con una historia impactante, que expone las heridas, el malestar de la protagonista llamada Claustre, sin miramientos. Desde un primer momento aparece la voz en primera persona de Claustre, una mujer de unos 30 años, que decide hacer una parada en un restaurante tras visitar a su madre enferma. Esa parada representa una pausa en la propia vida de Claustre, al reencontrarse con una excompañera de clase con la que comienza a intercambiar recuerdos y reflexiones, recuerdos que rebosan de abusos sexuales, alcoholismo paterno, culpa, dolor, soledad, tristeza, ansiedad, anorexia, incomprensión, desidia, obsesión, dudas y decepción. Es el esbozo de una historia que a modo de pinceladas deja el campo abierto a la interpretación, pese a la naturalidad con la que la autora aborda temas tan escabrosos y dolorosos ante todo. Porque Claustre busca en las camas de los demás, en los otros cuerpos, lo que no encuentra en el suyo propio, preñado de culpa, de la que intenta desprenderse una y otra vez, sin éxito. Claustre es un personaje marcado por una madre depresiva con la que mantiene una relación asfixiante. Es incapaz de respetar a los demás porque no logra respetarse así misma y se siente vacía, perdida entre las relaciones tóxicas y la inestabilidad, entre lo escatológico y lo trágico. Pero a todo eso sobrevive pese a su aparente carencia de fortaleza, sin abandonarse al resentimiento o a la desesperación, para abordar su propio futuro con una buena dosis de humor negro. Enlace: https://maitemateos.wordpres.. + Leer más |