 |
La llave de Blake comienza en el Londres de 1827, con un artista, William Blake, y un cuadro misterioso, su última creación antes de morir. Y de ahí, a la actualidad donde conoceremos a Rachel, hija de Peter White, catedrático de Historia del Arte. Huérfana de madre, que era pintora, es una joven, muy inteligente, que desde pequeña ha estado inmersa en el mundo del arte, ya que sus padres le enseñaron a buscar y descifrar los tesoros ocultos en él. Mensajes secretos y enigmas escondidos, que no son visibles para la mayoría. Además, Rachel tiene un programa de radio en Internet sobre fenómenos paranormales. Será en uno de esos programas recibe un mensaje que no entenderá. Pero cuando su padre muere en extrañas circunstancias, tendrá que poner en práctica todo lo que ha aprendido desde niña para descubrir la verdad tras su muerte y que es lo que está sucediendo. No estará sola, Andrew su compañero en el programa de radio, Nicholas un amigo de la infancia y Albion, un joven misterioso, que aparece de forma repentina y por el que se sentirá atraída desde el primer momento, la acompañarán. Desde ese momento de la mano de la autora, comenzará una carrera a través de las diferentes pistas que su padre ha ido dejado, que la llevara a través de diferentes ciudades y lugares, como la Biblioteca John Rylands en Manchester, El castillo de Gladis en Escocia, el Museo de Bellas Artes de Budapest, la Tate Gallery de Londres o el Bosque de los monstruos en Bomarzo, Italia... entre otros. La novela tiene dos hilos temporales que se van alternando a lo largo del libro: Uno en tiempo pasado donde vamos descubriendo a William Blake y a Rachel de niña y otro en el presente, con algunos flashbacks que asaltan a nuestra protagonista, donde se desarrolla la investigación. Todos encajan como en un puzle. Tengo que decir que es el tercer libro que leo de su autora y me ha vuelto a conquistar con su pluma tan apasionada, con un lenguaje directo y un ritmo narrativo trepidante, algo que ya es característico en sus libros. Igual que me encanta la gran labor de investigación y documentación por su parte para crear una trama que te engancha desde el comienzo de la lectura. Ambas cosas unidas hacen que a medida que vas avanzando en la lectura y van saliendo cuadros, pintores, lugares…, que yo desconocía, sientas la necesidad de buscar más información en internet sobre ellos para intentar conocer que es lo que pasa por la mente de Rachel. La llave de Blake es un viaje por la historia de un personaje real y sus misterios: William Blake, poeta, pintor y grabador británico que vivió en Londres en el siglo XIX. Un personaje sobre el que yo apenas conocía nada y que me ha resultado muy interesante. Es una novela de estilo juvenil, que aúna suspense, thriller, fantasía, misterio, traición y una historia de amor. Una buena lectura que recomiendo a todos aquellos que le gusten el arte, con un toque de misterio paranormal. |
>
