Qué difícil meterse en la piel de un soldado en Vietnam. Desde fuera, es fácil hacer juicios de valor, pero ¿cómo actuarías si llega a tu casa una notificación para incorporarte a la guerra? Esto es lo que sabe transmitir muy bien Ken, ya que él estuvo en Vietnam. Nadie tiene que contarle nada. Ni a él ni al protagonista de Compasión por el diablo, Hanson. Universitario que marcha a la guerra y que descubre bien pronto qué diferente es todo a cómo lo veía desde su casa. Nunca había leído género bélico, y la historia me ha enganchado por completo. Dura, como no puede ser de otra manera, y sin remilgos. Y con un final de quitarse el sombrero! La recomiendo muchísimo. |