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Crítica de AlhanaRhiverCross


AlhanaRhiverCross
07 May 2019
Hasta este momento solo conocía a Ana González Duque por sus post sobre marketing de escritores y sus consejos para ayudar en la creación literaria emprendedora, y eso a pesar de que tenía varias de sus novelas en lista como posibles lecturas, no había tenido aún la oportunidad de conocerla como autora. Solo puedo decir que mucho he tardado porque ha supuesto un enorme descubrimiento. Supongo que la portada y la contraportada con esas ilustraciones tan monas me transmitieron la falsa sensación de que me encontraría con una historia middle grade pero bastaron una pocas páginas para darme cuenta de que es completamente juvenil.
La trama podría parecer sacada de una comedia romántica simplona para pasar una tarde de sofá: Bruno, quien da nombre a l proyecto del título, es el chico nuevo que llega con el curso ya empezado y trastoca la rutina de dos amigos, Elena y Ed, los narradores en primera persona de los capítulos alternos del libro. Bruno es guapo, popular, interesante y con un irresistible acento canario, así que es casi inevitable que tanto Elena como Ed caigan rendiditos a los encantos del chico nuevo. ¿Problemas? Varios. Para empezar, Elena y Ed son mejores amigos desde que tienen recuerdos y para seguir, Ed sigue fingiendo que es hetero y Elena no sabe cómo tratar con chicos. Pero Elena tiene un plan y para llevarlo a cabo inicia el “Proyecto Bruno”, o en otras palabras, una elaboradísimo estudio del objeto en cuestión, Bruno, para poner en práctica el método científico en el complicado arte del amor. Claro, los amigos de Elena alucinan con la chica, y más aún Ed, que ve cómo empieza a conectar de una forma especial con Bruno mientras intenta averiguar si el nuevo es gay sin desvelar su propia condición.
Los personajes principales y narradores son polos opuestos, algo bastante inusual cuando no se trata de emparejarlos entre ellos. Ed es un chico tranquilo y emocional, que se mueve por sentimientos y que no se atreve a contar a su familia ni a sus amigos que le gustan los chicos. Por el contrario, Elena tiene una mente calculadora, con poco espacio para los sentimientos, muy acorde con su carácter de científica en ciernes. Ambos protagonistas son entrañables, muy fáciles de comprender cuando expresan sus propios pensamientos y sentimientos y que además reflejan muchas de las situaciones en las que se pueden encontrar los jóvenes hoy en día. Las interacciones con los secundarios son fundamentales para todo el desarrollo de la trama y en pocos capítulos ya podemos comprender por dónde van a ir las cosas para terminar de complicarse porque a A le gusta B, pero B no se entera de nada porque está pendiente de C, así que A decide ayudar a B para que consiga que C se fije en B cuando en realidad lo que hará será boicotear el objetivo de B; mientras tanto d'piensa que a A le gusta C cuando en realidad le gusta B… Y así sucesivamente con los consecuentes malentendidos y situaciones muy divertidas entre ellos, que pueden recordar a otras novelas de temática similar como Con amor, Simon (y siendo sincera, esto ha hecho que Proyecto Bruno sumara muchos puntos).
En general y como veis, es una comedia juvenil de enredos que se desenredan en apenas 150 páginas, aunque esta novela corta es breve pero intensa. Además creo que esta pequeña novela es enorme por dentro por todo lo que trata de englobar y lo mejor es que Ana González Duque escribe con un estilo como si le restara importancia a lo que se cuenta cuando en realidad está acercando temas relevantes para los jóvenes a un público muy amplio: el divorcio de unos padres, la “temida” salida del armario, la aceptación de uno mismo, el respeto por la diversidad racial… Y para terminar de encantarme, la autora utiliza el humor y la ironía junto a un lenguaje cercano, cotidiano y muy directo, donde lo que importa el mensaje y no tanto las estructuras elaboradas en las frases. Todo fluye a través de diálogos, de pensamientos rápidos de los personajes y la lectura avanza muy ágilmente gracias a los capítulos cortos alternando ambos puntos de vista de los protagonistas.
Por lo tanto, una de las mayores virtudes de esta novela es la diversidad que aporta, el feelgood que se desprende de cada página y el humor tan sano que intenta transmitir. Hay muchísimos momentos graciosos y es una verdadera delicia para los lector@s frikis porque hay multitud de alusiones (tremendo ese momento “duelo de Harry Potter”). Aunque lo verdaderamente admirable es que lo hace de forma escueta en cuanto a la forma (porque es súper cortita) pero a la vez con una gran profundidad, ya que llegamos a conocer a los personajes con su historia pasada, su entorno familiar, sus dinámica de grupo, sus interacciones personales… En otras palabras, la brevedad se ve solo en el número de páginas porque en todo lo demás, es una historia bastante tridimensional y perfectamente desarrollada, en trama y en personajes.

En definitiva, una lectura rápida, entretenida, muy juvenil y con muchas ganas de entretener a cualquier edad. Siempre digo que son necesarios muchísimos más libros de este estilo cuando creo que lo que en realidad necesitamos es destacar aquellos que ya existen pero que pueden pasar desapercibidos entre el inmenso océano de novedades, así que desde aquí os animo a que comprobéis que las historias cortas también pueden quedarse mucho tiempo en nuestro corazoncito porque quizás no se convierta en el mejor libro que tenga en mis estanterías pero desde luego va a ser uno de los inolvidables.
Enlace: https://enmitiempolibro.blog..
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