Cuentos que te abrazan y te sueltan de repente, sin avisarte. Así son los desenlaces, bruscos, repentinos, cargados de angustia, odio o amor. Escenas que te producen cosquilleos y que muchas veces preferirías pasarlas de corrido, pero que vuelven a vos, que te piden ayuda, o que el morbo de releerlas te reclama hacerlo.
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