Con una narración exquisita María Fernanda Ampuero nos va introduciendo poco a poco en historias cotidianas que se van volviendo turbias, hasta terminar siendo brutales. Son cuentos que dan pavor y resultan terroríficos, porque son de naturaleza humana y nos pone frente a lo que somos como especie. Cuentos en los que las protagonistas son las mujeres, a veces como víctimas, a veces como verdugos. Duelen, porque son muy reales, y cuando los sucesos son reales a veces cuesta más mirarlos y asumir que esas cosas pasan a nuestro alrededor, aunque no queramos verlo. La narración atrapa y continuamente me he sentido en tensión, porque a pesar de la belleza y la poesía con la que está narrado en algunas partes, también sabes que va a llegar algo brutal que te va a descomponer. No pensé que un libro de relatos me fuera a gustar tanto. Seguiré leyendo a la autora sin duda. |