Algunas culturas creen que las fotografías no solo atrapan el cuerpo del modelo sino también su alma. Vamos a creer, por un momento, que los retratistas han buscado, y siguen buscando, ese mismo efecto pero a base de pincel. Por qué no. Algunos rostros, inmortalizados siglos atrás, llegan hasta nuestros días frescos y poderosos, con esa luz que solo los grandes pudieron plasmar y un brillo en la mirada que nos habla sobre lo vivido. Solo hay que saber escuchar. Escuchar con los ojos y vivir con la imaginación. Crear mundos, quizá reales, en los que las imágenes cobran vida y nos cuentan su historia. Ponerle voz al color. Carlos del Amor ha vuelto a hacerlo. Eso que a algunos nos pasa sin darnos cuenta cuando nos paramos frente a un lienzo y la vida vuelve a girar. Santas, prostitutas, reyes y mendigos. Todos tienen algo que contar. Míralos, cierra los ojos y comienza a soñar. |