Se sabe que este libro es duro con solo mirar la portada, así que cualquier lector sabrá que no va a más llevadero. Escribe en el relato los últimos días de su mujer, pero también su día a día y sus reflexiones, cargadas de pesimismo, como no puede ser de otra forma. Personalmente, no he podido conectar del todo con el escritor ni con su mujer. Sus reflexiones me llevaron a pensar que son gente que no me caería bien. Sin embargo, el modo en que se escribe, en forma de diario en que el autor dice todo como lo piensa, a veces con comentarios mordaces o ácidos, sí logró que pudiera empatizar con él con sus preocupaciones, su dolor y su resignación. No recomiendo este libro. Creo que solo ayuda a desahogarse a quién lo escribe. Leer el libro no sé a quién puede ayudar, porque solo aporta un mal rato. Ahora bien, si alguien sí tiene interés aún sabiendo a lo que se enfrenta, le diría que es un libro que puede serle interesante y rápido de leer. |