Mucho cuidado con este libro. Es una historia dura, no apta para todo el mundo. Entre sus páginas, J.M. Amilibia relata cómo fueron los últimos meses de vida de su mujer, Ketty Kaufmann (a quienes, la verdad, no conocía de nada). J.M. superó un cáncer bastante duro, y lo que menos esperaban era que su mujer, de la noche a la mañana padeciese de otro cáncer terminal. Es una historia dura, me interesé por ella porque creí que podría ser otro tipo de relato, pero realmente hace que se te pongan los pelos de punta. Narra todo tal cual sucedió, día a día, evidentemente de manera pesimista, no es para menos... He empatizado muchísimo con J.M, debe de ser realmente difícil vivir todo lo que cuenta en este diario. |