Bajo la luna

Intriga.

Un prólogo anónimo atemporal que bien pudiera ser un final, una liberación placentera tras una sobredosis. Duro comienzo que no te esperas.

Una ola de crímenes angustia al pequeño pueblo de Montgat, comarca del Maresme, Barcelona. Los cuerpos de un grupo de amigos aparecen, de forma sucesiva, brutalmente mutilados siguiendo lo que parece un patrón ritual: a todos les falta el corazón, les han cosido la boca y les han dejado marcada la figura de un uróboro.

Es un libro con continuos saltos temporales y varios narradores que se van intercalando, perfectamente identificados al inicio del capítulo. Por una parte tenemos a David, uno de los amigos que nos va narrando su vida actual en 2019 y nos va presentando al grupo de amigos en 2017. Por otra parte tenemos a Rafa Canosa -inspector de los Mossos- y el equipo policial, que arranca con la investigación de los crímenes en 2017. Y tenemos a Jordi, el padre de uno de los chicos asesinados que inicia su propia investigación en 2018. Además tenemos alguna mención a sucesos acontecidos en épocas anteriores.

Demasiado frecuentes unos saltos y cortes poco coordinados que ralentizan el ritmo e incluso provocan que algún narrador se adelante al desarrollo detallado de algún otro, como que mencionen en qué circunstancias han aparecido todos los cuerpos cuando aún no ha llegado el detalle del asesinato.

La trama pudiera resultar predecible en parte. Es fácil intuir el narrador del prólogo, incluso sospechar de cierta persona, aunque no fuese consciente de su participación en los hechos. Y aunque hubiera alguna pista, yo creía que había otra motivación y no he terminado de adivinar quien cometía los crímenes.

La ambientación general en Montgat me ha parecido correcta. Ni es un pueblo que conozca, ni el libro me ha trasladado allí. Tal vez deba de ir a conocer en persona sus calas.

Jordi, es un padre no convencido con la investigación policial, que no se resigna y quiere descubrir lo que ocurrió de verdad, por duro que resulte ese final. Me ha gustado como ha plasmado los sentimientos de David: la relación con sus amigos, su "amor", su deterioro y caída en el abismo, su complejos e inseguridades, sus temores y desvaríos. Es un libro que más allá de los crímenes y la investigación nos muestra el sentimiento de pérdida, de soledad. No sé que pinta en este libro el perfil de la forense, si el autor pretendía poner un punto de humor, no lo ha conseguido. Los policías me han parecido unos personajes planos. Ni siquiera Rafa Canosa, que es uno de los narradores, se salva en ese sentido.

En su conjunto me ha parecido un libro "legible". Aunque el autor ha intentado incorporar algún elemento diferencial en la trama y en el libro, aún le queda bastante por pulir.

Valoración: 6,5/10
Lectura: julio 2022