El Arte de Volar

Un libro muy ambicioso y denso, casi demasiado a mi parecer. Es curioso porque a “Yo, asesino” del mismo autor le habría metido algún crimen más y aquí quitaría algo.
Agradecí mucho la adenda al final, casi más que la historia de Antonio sénior, tal vez por dos motivos. Por un lado, la historia de la lectora me toca más de cerca, digamos que por sororidad, y, por otro, porque la temática de las personas mayores es una que me cuesta mucho asimilar. Tal vez por miedo.
El grueso del libro recreó aspectos de la guerra civil y la postguerra, tema muy recurrido en las novelas gráficas y del que creo que veremos más. Lo que no se observa con tanta frecuencia es cómo los franceses trataron a los españoles metiéndolos en poco más que campos de concentración. Para mí, fue un acierto incluirlo.
También encontré interesante la relación entre Antonio y su esposa y cómo al final la relación se convierte en odio. Es triste, pero muy frecuente. Lo que observo en las personas de la tercera edad es que o bien se adoran porque además uno es el cuidador del otro, o no se soportan. No suele haber término medio.
Por último, la novela trata el tema de la lealtad a la ideología. Antonio no fue un personaje que me emocionase, pero reconozco que el tratamiento del personaje es realista e íntegro en ese sentido. Es un señor con sus claroscuros, que esconde engaños y traiciona cuando cree necesario hacerlo. Se debate entre el bien y el mal cuando un adulto a medida que envejece se tiene que enfrentar a muchos dilemas y no siempre se hace lo correcto. Llega una edad en la que somos una suma de errores y algún que otro acierto.