Leer a Isabel Allende es un placer. Este libro nos trae los recuerdos de la autora: su tierra hospitalaria, de hombres machistas y de mujeres fuertes, es el escenario de su niñez y su original familia, la casa de los abuelos, el ceremonial de las comidas, las historias de infidelidades... y los espíritus. Como he leído muchos libros de la autora, siento que ya conozco un poco de esa parte de su vida porque suele contarlo en sus obras. |